domingo

Pequeñas ideas, poca basura

Hoy me ha dado por escribir un par de notas por todas partes, las comparto con ustedes, en un principio pensé en colocarlas en un tweet, pero siento que vivirán más tiempo aquí.

No me creas cuando te digo la verdad, probablemente te estaré mintiendo.
Prefiero que creas mis mentiras, es entonces cuando digo la verdad.

Algunas veces digo más en el silencio que jugando con las palabras.

No conocerás la verdad si no quieres creerla.

Estemos juntos un poco, no pierdes nada y quizá lo ganes todo.

Vivo sin culpa, no me arrepiento de nada y espero no hacerlo.

Soy lo que soy, no lo que fui.

Si van a juzgar háganlo por lo que ven, no por lo que les han dicho.


jueves

Somos lo que jamás seremos.

No te conozco ni tú a mí.
No te quiero conocer, no hace falta, ya no vale la pena.
No soy nada ni eres nadie.
Una persona más que ha pasado cerca de mí, indiferente a mi dolor como yo lo soy al tuyo
No me quiero interesar por ti, ya no me quiero interesar por nadie.
Tú podrías ser esa persona, yo no podría serlo.
Te observo, te vas.
Has pasado ya, nunca sabré lo que pudo haber sido, eso es lo mejor.
Somos lo que siempre fuimos; dos extraños.
No nos conocimos, no nos conocemos y no nos conoceremos.
Tú no imaginas lo que he pensado al verte cruzar.
Nunca sabrás lo que vi y quizá tú no me hayas visto.
Pero eso es todo, no lo fue y no lo será.
No quiero que lo sea.
Nunca lo quise.
Nunca lo querré.

Ideas de media noche, relatos de media vida

Me miré al espejo y no me reconocí, tal vez estaba viviendo una vida que no quería ser vivida.
Me sentí atrapado en mi propio cuerpo, recorriendo cada día el mismo camino. Avanzaba por costumbre, sonreía por obligación.
Había llegado al punto en que no era feliz, pero no encontraba motivos para estar triste (aunque los buscara).
Quizá simplemente no quería ser feliz, razones me sobraban, cualquier otro habría sido feliz en mi lugar, ¿Pero yo? Yo no lo era, no podía, no debía. Mi deber era pasar otro día con esa máscara sonriente que ya no me podía quitar, un día más dónde soportar a esas mismas personas insoportables, debía continuar con ese patrón, ¿Por qué? No lo sabía.
Solo caminaba, sonreía, abrazaba, escribía y actuaba, actuaba ese papel que yo mismo escribí, pintando sonrisas en mi rostro, mostrando esa cara que todos solían ver, esa cara que todos debían ver, mostrar debilidad no era una opción.
Y yo en verdad quería sonreír , quería gozar y vivir, pero nada de eso era real.
Ahora quiero decir "adiós", quiero maldecir y llorar.
Sé que volveré a mentir, sé que volveré a fallar, me es difícil entender por qué lo sigo intentando, tal vez solo es porque esta es la vida que me tocó vivir, y la viviré, lo quiera o no.
No probaré algo nuevo, no mostraré hazañas extraordinarias, mi gran logro será levantar la mirada y sonreír cuando me sobren motivos para llorar, pues, ya he llorado cuando para reír, me sobraban los motivos.
Y me pregunto; ¿En verdad es esto lo que quiero vivir?¿En verdad lo estoy viviendo? El silencio me responde, el silencio me empuja, lastima mis oídos, grita dentro de mi mente.
El silencio llora y yo, yo le acompaño.